Los cuatro Evangelios abordan la vida y ministerio de nuestro Señor Jesucristo desde diferentes perspectivas.

 Cuando se piden referencias de alguna persona por lo regular se hace para conocerla mejor. Cuando se quiere conocer al Señor Jesucristo en los cuatro evangelios se pueden apreciar cuatro puntos de vistas diferentes, los cuatro escritores desean hacer saber a los receptores primarios características particulares. Mateo por ejemplo escribe a judíos, inicia la genealogía de Jesus no desde Adán, sino desde Abraham, se refiere a Jesus como “hijo de David”, Mateo hace referencias de costumbres judías sin explicarlas, como lo hacen Marcos o Juan. La gran cantidad de citas del Antiguo Testamento tiene el propósito de mostrar la unión entre el Mesías de la promesa y el Cristo de la historia, el objetivo del evangelio de Mateo es mostrar a nuestro Señor como Rey y Mesías de Israel.

Marcos, da referencias del Señor Jesucristo como siervo, haciendo énfasis en su humanidad, en sus emociones, en sus obras, no registra su genealogía, inicia el evangelio a partir de Juan el Bautista, y debido a que la audiencia es gentil, Marcos se detiene a resaltar su sacrificio como hijo de Dios.

Lucas dirige el evangelio a los gentiles también, su énfasis es relatar los acontecimientos con los más rechazados de aquellos tiempos, los samaritanos, las mujeres, los niños, los recaudadores de impuestos y los pecadores. Lucas es quien más se detiene a relatar el papel de la mujer desde el nacimiento de Jesús, como en aquellas que lo vieron en la resurrección, su objetivo es presentarlo como el Hijo del Hombre, rechazado por Israel, durante diez capítulos Lucas describe el camino de nuestro Señor Jesus hacia Jerusalén, la progresión hacia la Cruz, la salvación de los pecadores.

Finalmente Juan hace referencia de nuestro Señor Jesucristo como Dios. Hace referencia de Jesus desde el inicio de la creación, y a diferencia de los otros tres evangelios, Juan contiene mayor teología, estructurando el evangelio en describir ocho “señales” para reforzar la identidad de Jesús como Dios, el agua convertida en vino, la sanidad del hijo del hombre noble, la sanidad del hombre paralítico, la alimentación de la multitud, el caminar de Jesús sobre las aguas, la sanidad del hombre ciego,  la resurrección de Lazaro y la pesca milagrosa.  Juan al escribir su evangelio ya sabía de los otros tres, y lejos de volver a escribir algo que Mateo, Marcos y Lucas ya habían escrito, se dedica a completar información que podría estar vacía en los relatos de sus amados hermanos en la fe.