Las figuras literarias también se hacen presentes en la Biblia. Hoy hablamos de las alegorías:

 

La Biblia utiliza la alegoría, en ocasiones. Por ejemplo Isaías 5:1-7, en este texto se presentan ampliamente el uso de metáforas:

La Parábola de la viña.

Quiero cantar ahora por mi amado el canto de mi amado a su viña:

Mi amado tenía una viña en una ladera fértil.  La cercó y la despejó de piedras, y luego plantó en ella vides escogidas; en medio del campo levantó una torre, y además construyó un lagar. Esperaba que su viña diera buenas uvas, pero dio uvas silvestres.

Y ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá: juzguen entre mi viña y yo.  ¿Qué más podía hacerse a mi viña, que yo no le haya hecho? ¿Cómo es que dio uvas silvestres, cuando yo esperaba que diera buenas uvas?

Pues voy a mostrarles lo que haré con mi viña: Le quitaré la cerca, para que sea consumida; abriré una brecha en su muralla, para que sea pisoteada.  Haré que se quede desierta. Nadie la podará ni la cultivará. Crecerán en ella cardos y espinos, y ordenaré a las nubes que no derramen lluvia sobre ella.  En realidad, la viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son la planta en que él se complace. Esperaba él justicia, y sólo hay injusticia; equidad, y sólo hay iniquidad.

Isaías predicó a Israel  en este pasaje para advertirles de que Dios les iba  a juzgar por su falta de justicia y rectitud; sin embargo en el versículo 7 Isaías identifica el significado de la alegoría y aclara cuál es el significado de cada elemento: Dios es el propietario de la viña, Israel es la viña, y las uvas que el propietario de las uvas esperaba encontrar y que no halló fueron la equidad y la justicia.

La alegoría es un recurso literario para expresar el mensaje con mayor intensidad, no un método de interpretación, un error sería interpretar un texto alegóricamente cuando no lo es, para interpretarlo correctamente se debe situar en el contexto literario, histórico y cultural y de esta manera extraer el significado del texto.